Una magnífica crítica de la obra en el Heraldo de Aragón del día 30 de junio de 2013
por Joaquín Melguizo, crítico teatral.
Vida de tragedia y de sueños
Vida de tragedia y de sueños
La Barricada Teatro (proyecto teatral impulsado por el autor zaragozano Carlos Grassa Toro y la actriz colombiana Carolina Mejía) ha presentado en el Teatro del Mercado ‘Entre el Cauca y la carretera’, un espectáculo que nos acerca la dura realidad de tantas mujeres jóvenes, apenas unas niñas en muchos casos, que se ven obligadas a venderse a los camioneros que circulan por la carretera panamericana a su paso por Colombia, como manera de sobrevivir.
El texto está atravesado por una honda dureza que llega hasta nosotros a través de un lenguaje lleno de belleza. En ocasiones resulta incluso lírico, pero sin perder de vista lo crudo de la realidad. Es por eso se presenta hermoso, sugerente y por momentos doloroso. A ratos nos duele Leidy Johanna Zapata, esa jovencita que se hizo mayor por necesidad, sin haber podido ser niña. Hija no deseada, de padre sin nombre, y ninguneada por su madre. La vida le ha propinado golpes de adulto y ella, en el fondo, sigue conservando sus sueños de niña. Sueña con escapar, llegar a la ciudad donde imagina otra vida, la vida que cree merecer, una vida construida con lo que ha visto en la televisión o aprendido en las revistas.
‘Entre el Cauca y la carretera’ es teatro de texto y por lo tanto teatro para ser interpretado, teatro de actriz. Y Carolina Mejía (coautora de la obra junto a Grassa Toro y responsable también de la dirección) hace un trabajo interpretativo realmente sobresaliente. Su actuación está llena de plasticidad, impregnada de verdad teatral, de esa teatralidad que convierte el escenario en un amplificador de sentimientos y emociones. Leidy Johanna Zapata es un personaje complejo, algo así como un prisma por el que atravesara la luz de los sentimientos descomponiéndose en muchos matices. Y Carolina Mejía nos muestra cada uno de ellos con una espléndida lucidez, con riqueza, brillo y limpieza.
Esa limpieza está también presente en una puesta en escena que privilegia la palabra y lo actoral, que juega con los espacios y los planos temporales, apoyándose en la luz y en el espacio sonoro. Se nota su rodaje por los escenarios colombianos y españoles en su solidez, su sutileza y su alto grado de madurez.
Carolina Mejía nos ha traído un pedacito de su Colombia natal que nos remueve, nos emociona, nos conmueve y nos arranca más de una sonrisa.
Joaquín Melguizo
Publicado en Heraldo de Aragón 30 de junio de 2013
Obra: ENTRE EL CAUCA Y LA CARRETERA
Autores: Carolina Mejía y Carlos Grassa Toro.
Compañía: La Barricada Teatro.
Escenografía: Manolo Pellicer.
Iluminación y espacio sonoro: Tornabis.
Interpretación y dirección: Carolina Mejía.
Teatro del Mercado (Zaragoza)
28 de junio de 2013
Un cuarto del aforo.
La Barricada Teatro (proyecto teatral impulsado por el autor zaragozano Carlos Grassa Toro y la actriz colombiana Carolina Mejía) ha presentado en el Teatro del Mercado ‘Entre el Cauca y la carretera’, un espectáculo que nos acerca la dura realidad de tantas mujeres jóvenes, apenas unas niñas en muchos casos, que se ven obligadas a venderse a los camioneros que circulan por la carretera panamericana a su paso por Colombia, como manera de sobrevivir.
El texto está atravesado por una honda dureza que llega hasta nosotros a través de un lenguaje lleno de belleza. En ocasiones resulta incluso lírico, pero sin perder de vista lo crudo de la realidad. Es por eso se presenta hermoso, sugerente y por momentos doloroso. A ratos nos duele Leidy Johanna Zapata, esa jovencita que se hizo mayor por necesidad, sin haber podido ser niña. Hija no deseada, de padre sin nombre, y ninguneada por su madre. La vida le ha propinado golpes de adulto y ella, en el fondo, sigue conservando sus sueños de niña. Sueña con escapar, llegar a la ciudad donde imagina otra vida, la vida que cree merecer, una vida construida con lo que ha visto en la televisión o aprendido en las revistas.
‘Entre el Cauca y la carretera’ es teatro de texto y por lo tanto teatro para ser interpretado, teatro de actriz. Y Carolina Mejía (coautora de la obra junto a Grassa Toro y responsable también de la dirección) hace un trabajo interpretativo realmente sobresaliente. Su actuación está llena de plasticidad, impregnada de verdad teatral, de esa teatralidad que convierte el escenario en un amplificador de sentimientos y emociones. Leidy Johanna Zapata es un personaje complejo, algo así como un prisma por el que atravesara la luz de los sentimientos descomponiéndose en muchos matices. Y Carolina Mejía nos muestra cada uno de ellos con una espléndida lucidez, con riqueza, brillo y limpieza.
Esa limpieza está también presente en una puesta en escena que privilegia la palabra y lo actoral, que juega con los espacios y los planos temporales, apoyándose en la luz y en el espacio sonoro. Se nota su rodaje por los escenarios colombianos y españoles en su solidez, su sutileza y su alto grado de madurez.
Carolina Mejía nos ha traído un pedacito de su Colombia natal que nos remueve, nos emociona, nos conmueve y nos arranca más de una sonrisa.
Joaquín Melguizo
Publicado en Heraldo de Aragón 30 de junio de 2013
Obra: ENTRE EL CAUCA Y LA CARRETERA
Autores: Carolina Mejía y Carlos Grassa Toro.
Compañía: La Barricada Teatro.
Escenografía: Manolo Pellicer.
Iluminación y espacio sonoro: Tornabis.
Interpretación y dirección: Carolina Mejía.
Teatro del Mercado (Zaragoza)
28 de junio de 2013
Un cuarto del aforo.
http://www.artezblai.com/artezblai/entre-el-cauca-y-la-carreterala-barricada-teatrocarolina-mejia-vida-de-tragedia-y-de-suenos.html http://www.artezblai.com/artezblai/entre-el-cauca-
Javier Aguirre, escribe en el Libre pensador, sobre ENTRE EL CAUCA Y LA CARRETERA
http://www.ellibrepensador.com/2013/06/30/entre-el-cauca-y-la-carretera-un-crudo-ejemplo-de-monologo
Entre el Cauca y la carretera: un crudo ejemplo de monólogo
Concluyó la temporada el Teatro del Mercado con un espectáculo de La Barricada Teatro que ya había girado por otros escenarios: ‘Entre el Cauca y la carretera’. Esta denuncia, sabiamente construida por Carolina Mejía y Carlos Grassa Toro, interpretada por la primera, que también la dirige, cala hondamente en el espectador, no sólo por la enjundia del tema sino también por la excelente puesta en escena, el ritmo de la acción y el equilibrio entre los elementos racionales, los sociales y los emocionales.
La obra retrata una situación real que se da en un lugar concreto de Colombia, pero que se puede extrapolar a otras zonas y países del ámbito iberoamericano: la prostitución infantil. Niñas y niños a partir de los ocho o nueve años venden sus cuerpos a gente de paso, en esta ocasión camioneros, para poder comer, para ayudar a sus familias o para satisfacer un capricho, como comprar un móvil; son hombres que no han de esforzarse en la búsqueda, porque encuentran esa oferta a pie de ruta, en este caso la carretera Panamericana que atraviesa el país.
El espectáculo se centra en la vida de Leydy Johanna Zapata, a quien su propia madre ha inducido a la prostitución. La muchacha vive de ilusiones y esperanzas, sueña con un futuro estable en la ciudad, intenta dedicarse también al consultorio sentimental, cuida de uno de sus hermanos menores y está dispuesta a lesionarse con tal de conseguir sus propósitos. Todo ello envuelto en una situación de religiosidad ritual que provoca contradicciones lacerantes en el ánimo de la protagonista.
Los recursos expresivos de Carolina Mejía son amplios y consistentes. En ningún momento se hacen tópicos, a pesar de algunas reiteraciones necesarias. Los movimientos escénicos están muy bien estudiados, lo mismo que los cambios de vestimenta. La banda sonora, que recibe a los espectadores con el rumor del río Cauca en cuyas proximidades sucede el episodio, apoya en todo momento la acción, sin agobiarla.
El tono, el acento, el lenguaje y sus giros específicos dan una gran verosimilitud a la intervención de la artista, que realiza su monólogo de forma perfecta. Una lección dentro del género monólogo, que algunos confunden con una sucesión de situaciones inconexas o una retahíla de chistes fáciles. Aquí el tema es serio, muy serio, pero también pueden hacerse monólogos divertidos respetando unas normas básicas.
El drama de la joven Johanna Zapata, que la protagonista aminora de algún modo con su espíritu lúdico y esperanzado, impacta en el espectador, sobre todo si se conoce la situación real en esos ambientes o se investiga a posteriori.
BITA 2012
Critica en la revista digital El Pollo Urbano
Asistí en Huesca, en el Matadero, al estreno de Entre el Cauca y la carretera, de La Barricada Teatro.
ECYLC es una obra escrita por Carolina Mejía y por Grassa Toro. E interpretada por Carolina Mejía.
La Mejía es una actriz, diz que colombiana, que se come el mundo.
Presenta una obra cruda y reflexiva sobre la adolescencia en un pais digamos que crudo. Ya saben.
Yo creo que es teatro colombiano, pero no se bien que quiero decir.
Carolina Mejía se vacía totalmente en la obra. Pone los pelos de punta, estremece. Esa woman del callao sabe lo que se trae entre manos. Están de gira por España, no se lo pierdan.
Eudoro Acevedo. desde las Barricadas.
Entrevista en programa La Nube de Radio 3 de RNE
Entrevista en el Diario del Alto Aragón por Myrian Martínez
Radio Topo de Zaragoza http://internacionalistas.net/index.php?searchword=carolina+mej%C3%ADa&ordering&searchphrase=all&Itemid=89&option=com_search
En el programa Borradores, entrevista Antón Castro
El Silbo Vulnerado: La Barricada Teatro, mañana en Teruel: 'Entre el C...: "Leidy Johanna Zapata es el nombre del personaje que interpreta Carolina Mejía en su obra Entre el Cauca y la carretera. Y Carolina n..."